capítulo 85
Llorando por amor
Este viernes en el capítulo 85 de Qué bonito amor:
Santos llega a un barrio bajo y contrata un cuarto en el bar Cruz de olvido, es un cuarto mucho más humilde que en el que estaba antes.
El Coloso está muy preocupado de que María siga bebiendo y no sabe qué explicación le va a dar a Amalia.Las mujeres despechadas aconcejan a Pili, la dueña de la casa, que queme todas las cosas del hombre que la engañó; todas le ayudan a sacar sus cosas. Salen al jardín a quemar todo. María pone la foto de Santos, los mariachis la ayudan a prenderle fuego. María grita el nombre de Jorge Alfredo, y llorando, dice que no se volverá a enamorar. El Coloso resiente sus palabras.
Santos, en su cuartucho, llora por María.
Amalia no puede creer que María se haya emborrachado de esa manera.
Al día siguiente, María se siente muy mal por la cruda y sigue llorando por Santos. Amalia le dice que, aunque le lleve tiempo, debe olvidarse de él.
Fernando se entera de que Santos se fue de la pensión y queda muy preocupado.
Santos lleva a lavar las cosas de María para regresárselas.
Isabel llora porque todos dicen que Santos es malo y ella no lo cree, sale corriendo a biscarlo a la pensión, pero al no encontrarlo, se queda llorando en el piso, hasta que Fernando la encuentra y la consuela.
Ana le exige a Fernando que no la vuelva a buscar a Santos porque no es justo lo que le ha hecho a María, pero él le dice que sí lo hará. Ana termina con él.
Santos llega a la vecindad a dejar las las cosas, Susanito intenta impedirle el paso, pero lo deja cuando sabe que no va a regresar más.
María sigue llorando; Amalia le dice que tenga fuerza y pronto olvidará y encontrará otro amor, pero ella le dice que no porque es mujer de un solo amor y jamás volverá a amar a nadie.
Santos, muy triste, dice a Amalia que quiere dejarle las cosas que le prestó María. Amalia le dice a María que Santos está ahí, pero ella se niega a verlo. Amalia le recibe las cosas a Santos, éste le pide que le diga a Paloma e Isabel que se las va a llevar en el corazón. Amalia, conmovida, le dice que lo tendrá en sus oraciones paraque le vaya bien.
Cuando Santos está a punto de salir, María lo detiene con la voz y le dice que tienen que hablar.